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La sensación de bienestar se experimenta cuando a nivel físico, mental y social estás saludable y en harmonía.

¡VAMOS A POR ELLO!

1 – Disfruta de la vida

2 – Come de forma saludable

3 – Incorpora actividad física en tú vida



1 – Disfruta de la vida

  • Reduce el estrés crónico haciendo que más te guste a lo largo del día a lo largo del día y de la semana como leer, pasear, escuchar música, etc.
  • Introduce en tu vida actividades como el mindfullness para vivir más relajado.
  • Duerme las horas suficientes según tus necesidades.
  • Cuida tus relaciones personales y sociales.
  • Agenda cada día un rato para estar contigo mism@.
  • Realiza actividades al aire libre, el sol es necesario para fabircar vitamina D.
    • Exponte al sol en horas de menor intensidad.
    • Consulta con tu equipo de salud el tiempo que necesitas de exposición en función de tu piel

2 – Come de forma saludable

  • Incluye verduras de temporada, ecológicas y de producción local (siempre que sea posible) en las comidas principales; comida y cena mayoritariamente pero también en los desayunos.
    • Varía el tipo de verduras y la preparación; cruda (gazpachos licuados, ensaladas, etc.) y cocinada (al horno, vapor, hervida, papillote, etc.).
  • Toma frutas de temporada, ecológicas y de producción local en las comidas (siempre que sea posible) principales (desayuno, comida y/o merienda o cena).
    • Alternar el tipo de fruta y tómalas a rodajas, en brochetas, en las ensaladas, con el yogur, con frutos secos, etc.
  • Aumenta el consumo de legumbres (judías blancas o pintas, garbanzos, lentejas, guisantes secos y frescos, habas, altramuces, soja….) a 2-4 veces por semana.
  • Recupera nuestros antiguos platos tradicionales elaborados con verduras, poca carne o pescado sea forma de   plato principal (potajes, estofados, etc.) o  como acompañamiento, el resto de la semana.
  • Diversifica el consumo de cereales (trigo, avena, centeno, etc.),  pseudocereales (mijo, amaranto, trigo sarraceno, quínoa, etc.) con prioridad los de grano entero y tubérculos como la patata o el boniato.
  • Consume un puñadito de frutos secos (avellanas, almendras, nueces, piñones, etc.) y semillas oleaginosas (pipas de calabaza, girasol, sésamo, lino, chía, etc.) de 3 a 7 veces a la semana, incluso cada día.
    • Tómalos en el yogur, ensaladas, en picada con ajo y perejil en los estofados, cremas de verduras, con frutas, etc.
  • El consumo recomendable es de huevos es de2-4 unidades a la semana e incluso más, pero antes de aumentar el consumo consulta con tu dietista-nutricionista.
    • Consúmelos por ejemplo con verduras en forma de tortilla de verduras o revueltos con verduras, etc.
  • Anímate a consumir pescado azul, ese pescado pequeñito que se consumían en todos los hogares hace mucho tiempo  (sardinas, boquerones, caballa, jurel) y otros de tamaño de tamaño mediano como el bonito o el salmón, sin olvidar el pescado blanco como la bacaladilla, brótola, pescadilla, merluza, etc.
    • Disfruta de los pescado azules cocinados al horno o papillote con especies y plantas aromáticos, y también por supuesto los pescados azules
  • Modera el consumo de las carnes blancas como pollo o pavo o conejo, reduce el de las carnes rojas como ternera, cordero, cerdo, etc. y evita el consumo de embutidos como salchichón, chorizo, mortadela, etc.
    • Consume raciones de medianas a pequeñas de carne cocinadas con verduras y mezcladas por ejemplo con legumbres o arroz o pasta o patata y ganarás en salud
  • Consume productos lácteos bajos en grasa pudiendo mantener alguno de ellos entero a lo largo del día.
    • Si te gustan mucho el queso puedes consumir por ejemplo un queso semi y la leche y yogures desnatados por ejemplo
  • Utiliza en tus preparaciones culinarias (cocciones, aliños…) el aceite de oliva, y siempre que sea posible aceite de oliva virgen extra.
  • El aceite de oliva da sabor los platos lo que te facilita el reducir el consumo de sal.
  • Aprovecha la cantidad de especies y plantas aromáticas de las que disponemos para aromatizar tus platos y reducir la cantidad de sal.
  • No olvides hidratarte bien, principalmente si realizas mucho ejercicio.
  • Beber agua, infusiones o caldos vegetales pueden ser varias de las opciones, escoge la que mejor que se adapte a ti.
  • Reduce la cantidad de azúcar que añades a las bebidas calientes así como los alimentos a los que se añaden como los cereales de desayuno habituales o galletas.
    • Una parte de los alimentos elaborados con azúcar también contienen grasas poco saludables como las grasas
    • Si te gustan los dulces, reserva su consumo para días especiales de celebración y consumidos con moderación.

3- Incorpora actividad física en tú vida, es una auténtica medicina para tu cuerpo y tu mente; tonifica y  oxigena el cuerpo, y a la vez relaja la mente.

  • Escoge el que más te guste y disfrútalo.
  • Consulta con tu equipo de salud la cantidad y la intensidad del ejercicio adecuado para ti. En general se recomienda que realizar cómo mínimo 150 minutos a la semana de actividad física moderada como caminar a ritmo rápido o ejercicio acuáticos
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